Una carta a ti
Se adueña el tiempo de un beso y las horas se adueñan de tu ausencia. Hay un enhebrar de recuerdos, esa duerme vela a la espera de las caricias extensas. Sé que habrá un viento repentino en que me traiga tu aroma, para que fallezca la soledad. Recuerdo un tornasolado de juegos vagabundos, en el amanecer en que las manos, hilvanando pasado y presente, he incertidumbres, nos dio para encontrarnos en una mesa. Recuerdo, que luego nos buscamos. Porque hace un tiempo nos creamos en el corazón del otro. Por favor hoy no llegues a destiempo, te espero en el mismo lugar y a la misma hora.