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Mostrando entradas de junio, 2010

La palabra dialoga de la violencia

-Prosa poética- “el 90% de sus habitantes [de América] no sabe siquiera si vivirá más allá de mañana, se nutre además de la tonificadora inseguridad de un continente que busca su ser, y que asume pautas contradictorias con las cuales se vive y se actúa... Mato, luego existo”. Ariel Dorfman Se necesita que corra sangre de quienes son opresores, de los que viven siendo victimarios, se necesita ver sangre, para que el pueblo que dormita, se levante otra vez y tome en las manos la palabra libertad y la ejecute. W. Zerbano El miedo aún persiste, el miedo a decir, el temor de manifestar; lo cuanto que nos duele el yugo, lo cuanto que se siente ver las injusticias y atropellos. Aún hay miedo a cada instante, de algún minuto, de alguna hora. Cada mañana, puede ser el fin. El comienzo de estar inerte, todo porque se promulga lo que es incorrecto, lo que es arbitrario, lo que es ilícito, lo que es ofensivo, lo que es abuso de poder. Cuánto somos miedo, cuanto somos amarillistas. Cuántos

Un café al alba

Amanece oliendo a café, a palabras. Quizá las que faltan aún por decir, quizá terminar mi primer café, aquí en frente de la ventana viendo pasar una que otra golondrina. Y la vida se ve serena, en este instante. Quizás no. quizá algunos cuántos niños han nacido, otros han desaparecido y la violencia sigue contando, recontando sus muertos, y por consiguiente el poder sigue congregando más gente a sus filas. Sin embargo hay amantes que apenas se despiden de sus amadas poseídas y queridas en la noche anterior. Y en otro lugar, un hombre con su senectud apenas despierta queriendo el abrazo de su amada que acaba de irse de compras. Así transcurre el día, más mi cuerpo en casa, mi alma, entibiándose con lo último del café. Por ahora vuelvo a mi quehacer con el silencio que me acaricia los ojos, la boca, el alma. ¿Cuántas palabras he de recoger hoy para terminar el capítulo de mi novela?

A los amigos

Hay caminos que no llevan a ningún lugar, hay caminos que van a algún sitio, que aún los pies, los ojos le desconocen. Todos provenimos de alguna parte: senda. de algún mundo: gruta, ruta, camino. De alguna forma venimos del llanto, de la alegría, de la fortuna, de la muerte y de la vida; de todo cuanto se queda y se marcha. Y seguimos siendo compañeros de viaje, a veces cercanos, a veces lejanos, a veces inolvidables, como los amados, los queridos.

No te conozco

sé que no te conozco, sé que poco se de ti, a veces no se de ti, a veces no se en que te atareas no sé de verdad en que fantaseas. y que mas da lo único que sé es lo que me nace del corazón. y en mi estúpida conciencia que me dicta estas palabras ungidas de aroma a corazón. y me importas como el café de las mañanas, como tu voz pasada la media noche, como levantarme y nombrarte... no sé de ti, lo único que sé es lo que me nace del corazón por ti... por ti.

Voy a tomarte amada mía.

Voy a tomarte, así de desnuda; tibia, húmeda, así de complacida. Tomaré tus senos y los besaré ensalivando tus erectos pezones; mordiéndolos con vehemencia. Te tomo en este instante, acariciando tu cabello en un frenesí, en un furor inacabable. Nuestros dedos enredándose en las pieles de cada uno. Cuanto te deseo, cuanto me deseas. Zambulléndonos en nuestros aromas, a sabor a canela, a sabor a manzano. Te tomaré y te harás una con mi esperma y yo con tu saliva que me entibia, en cada gemido, en cada ternura. Esparcidos en los cuerpos como mis ganas y las tuyas. En su desnudez tibia y húmeda. Me besarás hasta quererte hundir en mi cuerpo, igual que tus manos en mis caderas, como mi boca en tu pecho. Te calentaré con mi aliento en tu boca, en tu cuello y tu voz de quejidos me calentará la médula del alma. En el instante de volvernos a tocar. Provocándonos, hallándonos, husmeándonos. Hasta adentrarnos en el otro, en un cosquilleo inimaginable. Dejándonos hacer de nuestros dedos una memor

Debajo de la lluvia nos besamos

Voy a tomarte así de cálida y amable, voy a tomarte a besos, me llenaré de tu boca como si fuese un manantial. Mi lengua jugará dentro de tu boca, te llenarás de mi boca como si fuese agua fresca. Besaré tu alma con mi boca. Tu lengua dulce suave jugará dentro de mi boca. Hasta abrazarnos con las pieles interminablemente, hasta dormir profundamente nuestras almas debajo de nuestros cuerpos húmedos y complacientes.

Nocturno sábado

Sábado, 31 de marzo de 2007 Siempre habrá un silencio ligado a la siempre verdad y ella misma sujetada al tiempo –tantos tiempos- porque siempre hay tiempo. Lo difícil es precisar el momento o vislumbrar la sospecha de que algo ocurrirá. Pero no, todo se va suscitando, luego de lo atareado del día, con sus ansiedades, interrogaciones, fortuna. Me encontraba con los mismo de siempre y con uno más. Un encuentro, como si hubiera salido de un imaginario Cortázariano, sólo un esbozo nada mas. Por poco se acaba el café. Por poco iba a ser más de la media noche, sin embargo, seguía habiendo de todo un poco. 11:30 p.m, buena noche Y ante mis ojos Neruda que se durmió en un sueño disoluto esa noche, Simenon, Saramago, Amos Oz y un poema de Pizarnik que no pude leer. Debatíamos y fotografiábamos imágenes de nosotros con nosotros, al compás de un cigarrillo y un capuccino. Y pronto otras palabras llegaron con detalles de sonrisas que no enmudecían, se asomaban, estallando en cada pared, envolvien

Horas de llanto. I

Hace unos días, quizá pocos días, de nuevo mis ojos se han cruzado con el llanto, de forma inesperada. Caminaba por corredores de centros comerciales, con unas cuantas monedas y billetes en los bolsillos, pensando en no sé qué cosa: que el estudio, las fotos, el amor, la vida, los amigos y yo mismo. No sé qué pasaba en estos días, no se porque el llanto ha venido manifestándose. Así que pasaba por una calle angosta, después de atravesar centros comerciales, así que en un café bar la vi a ella, al lado de un hombre de rostro tosco, frío como la lluvia que caía ese día, ella simplemente giró su rostro y sus ojos estaban brillosos dejando que sus lágrimas se fueran por la piel y la cara encogida de tristeza simplemente se dejaba ser. El hombre seguía ahí, tomando cerveza, ella una limonada. ¿Del porqué de su llanto? ¿Del por qué no hablaban? No lo sabré, como tampoco del mendigo en una esquina con sus harapos ajados, maltrechos, el cuerpo convulsionaba, tenía el rostro cerrado con las pal

Horas de llanto. II

Y por esas cosas de la causalidad, a las cuales les sonrió por ser tan particulares. Una tarde de agosto, en otra hora, en otro lugar, en donde disfrutaba de una cerveza, en la barra de un bar, momento para el cual escribía algunas anotaciones para la novela, sentí a alguien llorar, estaba a mi lado, tomando una margarita. De nuevo la vi, esta vez no estaba con aquel hombre. Así que quise saludar cuando vi su copa vacía, justo las palabras se había congregado y justo ella pagaba, pronuncié una palabra pero su llanto no la dejó oír. Pero alguien más lo hizo, en un momento más personal, en el momento en que le salvé la vida a alguien que quería terminar con su vida, después de haber llorado toda la noche. Quizá ahora le encuentro alguna explicación al llanto. Quizá era ese momento, en que alguien al no comprender la separación de los amantes, ella y él, quizá necesitaba estar con alguien, pues su alma no era tan benevolente ya que quería acabar con su vida y estuve para detenerlo. Y defi

Una lágrima

Hoy estaba en el metro con la piel pegajosa de sudor y cansancio en los pies, me disponía a encontrarme una vez más con tus ojos, tus ojos amados y de pronto encontrados por mi alma. Como decía estaba en medio de una multitud, era las seis y algo. La hora exacta en donde cada persona estaba dispuesta a llegar a casa, o al trabajo o, quizá encontrarse con un amigo, una amante, unos hijos; que se yo, tantos encuentros, en el momento en que lleguen a su estación de destino. Allí me encontraba leyendo, volviendo a releer Tokio blues, cuando fui atropellado por mas gente, cada vez mas; parecía que fuéramos a Auschwitz, ese campo de concentración, había tanta gente, atareados, asfixiados por aromas dulces, agrios, agridulces, húmedos, secos. De momento la vi a ella, una mujer a lo mejor de unos treinta y cinco años, cuerpo delgado y su rostro pareciese amasado tanto por el tiempo, que se le veía agotado, sollozo, sí, vi resbalar una lágrima salina, callada, se iba introduciendo en las hendid

La hora en que nos vimos

Haberte encontrado viva por las playas de Hemingway cuando apenas caía la tarde incrustándose en las palmeras pequeños faros de aromas que se van entretejiendo del aroma del mar por donde la brisa y el horizonte va dejando entrever a oh Marinheiro surcando con sus veladoras otros mares e islas aquí y allá. Haberte encontrado entre las noches cíclicas y los días que no pasan en vano. Es saber que me alegra el milagro de haberte encontrado en el tren de las cinco de la tarde, hora en que es de día y de noche. Un encuentro nunca buscado, nunca soñado. Caminamos el uno al lado del otro por una pequeña acera entretejiendo como la brisa y el mar su aroma, nuestro aroma y las palabras que se iban reconociendo en cada hendidura, en cada pliegue de las entonaciones de silabas y afirmaciones, entre una mirada y una pregunta. Me explico. Nos fuimos dejando llevar de una mirada que hablaba de agrado y de gusto, nos fuimos dejando llevar de la cortesía y dos tazas de café, nos fuimos dejando llevar

Me pregunto por ti

A veces me pregunto qué hago contigo, a veces le pregunto a las alondras de la madrugada que voy a hacer contigo. y ellas me dicen que te ame como dicta el corazón y la piel, la caricia y la lujuria. A veces no se qué hago contigo, y le pregunto a Dios y me dice: que no todo está perdido, que tú me amas con el silencio que tiene las auroras, que tiene un niño cuando come un helado de ron con pasas. A veces les pregunto a mis amigos que hago contigo y ellos me dicen que siga a tu lado como me dicta mis pasos y mis manos. Por eso cada día te ofrezco mi corazón, cada día riego con agua viva éste amor que te tengo hacia ti.

Átame

-de él para ella- Ataré tu fantasía a la mía, nos fustigaremos en el deseo indómito, con placentera coquetería. Nos moveremos con nuestras ataduras de besos, caricias. Te tocaré así: atada, amordazada, dejando solamente que tus gemidos se escapen por los bordes de la cama. Nos perderemos: recibiéndonos, mojándonos, corriéndonos. Átame me dices y complazco tu demanda. Atada de pies y manos. Dejándome ser saliva para tu piel de bríos,de encantos. Y así te abriré las piernas, mientras vuelas por las estrellas, mientras me recibes: violento, animalesco, eréctil, gimiente. Mirándonos con deseo, lascivia, alevosía. Devorando nuestras lenguas, ungiéndose nuestros sexos, humedeciéndose nuestras ganas, por las hendiduras de la cama. Nos vamos forcejeando, mordiéndonos con ira, con violencia apretándonos, con las palmas de las manos. Estaremos atados, para nosotros, con nosotros; hasta la alborada. © D. Valencia Tobón. Reservado todos los derechos de autor.

Hoy nos conocimos

Hoy fui geógrafo de tus pieles. Hoy fui caminante en tu alma prendida en tus ojos. Hoy mi lengua hizo comunión con tu lengua, hoy nuestras pieles se compaginaron, hasta estallar en efluvios, hasta hacerse humedad, tibieza, gemido. Que bueno fue tenernos en la cama. Fuimos arrebatados, fuimos sutiles, éramos animalescos y al tiempo ángeles queriéndose. Me recorriste con tus manos y con tu boca eclipsada de emoción, me dejaste adueñarme de ti y tu de mí en cada compenetración.

Primer poema a ti

Por una ecuación cósmica henos aquí Rostro a rostro, tocándonos con los ojos. Por una causalidad de los caminos Tu mano tocó mi mano, Mi piel se acercó a ti Tu alma se dejó Contemplar por mí. Esto es amor Quien lo sabe Sabe cómo es El naciente amor. Dos almas Hablando el lenguaje del amor Dos almas entendiéndose Con la mirada.

Cantares de media noche

Primera parte. Deseándonos. Vamos a amarnos como las alboradas, vamos acogernos en nuestras pieles, hoy es día de la húmeda alma acaudaladas hoy es día de lascivia y de mieles. En la oscuridad somos otros La noche se hunde con nosotros, se aprehende a nuestros rincones, cada vez ciñéndose de emociones, de amor nocturno de un vosotros. Tacto de ternura La caricia se va haciendo en la almohada de avaricia purificándose nuestro cariño, con alevosía se va pretendiendo cual niño, dando picardías de monería acompasada. Placer indómito Nos vamos haciendo una saeta inalcanzable para el tiempo y el espacio de nuestros quehaceres, que se van extinguiendo entre prados y laderas. Nos vamos concibiendo de amor en atardeceres que se olvida de nuestros deberes y adormideras porque seremos desmedidos, ligeros de deseo implacable.

Únicamente amor

Sólo para nosotros las palabras oscuras, sólo para nosotros los maratones de lujuria deslunada. Para nosotros exclusivamente el deseo desangelado, la palabra desmentida, los odios desmerecidos. Desde luego desnuda, desmandada, desenmarañada, los anturios, las rosas, los crisantemos, las margaritas; para nuestras almas vestidas de lo que es lujuria. Nos amaremos entre la dualidad del la noche y el día. Y sabemos que moriremos, tarde o temprano, en la madrugada y volveremos en el nacer del atardecer. Volveremos, para luego nombrar la lágrima violeta y la triste sordidez de nuestros viejos rostros. Volveremos, así estemos cansados y longevos, volveremos con amor a poseernos.

Encontrándome en tus ojos

Ahí seríamos disipaciones, estarce perdiéndose aquí. Nos deslizamos por las hendiduras de los suspiros ahí, de la ansiedad por lo prohibido, por el delito que vamos a cometer: el acto más impávido, entre dos seres irracionales que sólo desean andarse, tenerse, pertenecerse, saborearse, avasallarse, en un derroche de locura y pasión, sin importar el mañana, sin importar el alma de emoción. Solamente estábamos para poseer la ternura explosiva el momento eterno en un beso de alegría adictiva.

Cada noche hacernos

Deslizarme en vos con mi boca eclipsada de humedad, sentirte en cada extremo de la cama de adaptabilidad de los cuerpos que se van sitiando con su actividad. sentirte como convulsionas de efluvios amores y lujuria aprisionada que pronto estallará en aforadores encantamientos, de corazón en sentimiento de albores. cuando llegues en mí, cuando llegue en ti una y otra vez… queremos sentir humedad electrizante, tener en una placidez en que las pieles se confieren, en que los sexos se ungen de esperma y gemidos, de encantos y convulsiones se amen. Sentirte quiero, sentir quieres; queremos pervertir el edén. ¿Cómo vas a dominar todo lo que soy, todo lo que nace cada vez que me ves, cada vez que me encuentras en desenlace? Quiero hacerte leves cosquillas con mi sexo en tu bello sexo… Quiero felaciones, coitos, gritos, mordiscos; en convexo. apretarnos, compenetrarnos, amasarnos, hacernos una bestia que voracee. © D. Valencia Tobón. Reservado todos los derechos de autor.

Habla poeta

Que la noche no se colme con tus palabras. Que a las horas no le quede sitio alguno vacio. Que los árboles no se habiten de malsana vida. Habla poeta, di tu canto para las aves que pasan por el mes de mayo. Habla poeta que las flores no se llenen de porfía melancolía, que no se queden deshabitadas de tu presencia de paz y serena calidez de ideas, con su bella lírica. Habla poeta, que las noches se queden completamente llenas de poemas, habla, pronuncia lo que tanto alberga en los horizontes, en las profundidades de tu alma acompasado de corazón y vida. Habla poeta, que no haya aurora desolada, que no haya un niño huérfano. Habla poeta. Tú, que lo eres todo con tu ubicuidad. © D. Valencia Tobón. Reservado todos los derechos de autor.

Recordándote

En la intermitencia de una vela veo tu rostro, callado, abandonado, desposeído. Y quería el preguntarte el por qué, el estar así de manos vacías de alegría, con tu llanto implosivo. Dime algo ¿Hace cuanto que no te has lanzado con los ojos cerrados o abiertos a los abismos de la vida? Dime ¿Hace cuánto que no te regalas una sonrisa, una flor para tu alma, una palabra de aliento ante lo funesto del día? ¿Hace cuánto que llevas un antifaz u otros objetos que adornan tu cuerpo que hacen siempre ocultar tu alma? Y aunque el alma esta en los ojos a ratos los ocultas con las manos vacía de esperanza. Me estaba preguntando estas pequeñas cosas cuando leía tus palabras, Tus gestos, tus recuerdos, tus imágenes, llenas de enigmas, misterio, ternura, seriedad. En aquel café, en donde siempre nos encontrábamos para sabernos del día adía.

Joven espíritu.

A Gustavo Andrés Cardona Blandón (1996) No importa y qué más da, que mas da los porros están listos, el camino a transitar ya está previsto, me voy trayendo a mis amigos, amigos perdidos, extraviados, en cualquier sitio y que mas da no me importa si es de día o si es de noche, que va, andar en cualquier sitio. Así fuese a uno, ese camino un desconocido o uno aprendido. Es divertido correr riesgos: atravesando autos, besar a transeúntes y robar unos panecillos. Esto huele a mí y a ti, adolescente de mí y de ti. Huele a espíritu desenfrenado con unos cuantos tragos en la cabeza y en la boca, mezcla rara entre una risa y una lágrima. Y nos reímos y que más da seguir aquí o allá. Nos vamos saludando con las manos, con los puños, con las bocas, allí: un hola, aquí un ¿qué más? … Así nos vamos de un mandarse a mudar la razón para la razón de estulticia. Es lo mejor que hacemos y nos sentimos afortunados andando con una media botella de vino y unos cuantos cigarrillos para así encontra

Decirte te quiero

De alguna manera estoy buscando como decirte lo cuanto que es te quiero. Y creo que aún no lo he dicho, cuando te abrasé en aquel lugar inoportuno, cuando te contaba una historia en el lugar de siempre, aquel parque de laureles, el sitio en que nos encontrábamos sin buscarnos. Porque para ti todo era una causalidad o que los dioses guiaban tus pasos así tomaras otras rutas, de alguna manera llegabas allí. Recuerdo que te lo dije al oído mientras bailábamos. Siempre tuve la ocasión de decírtelo. Tu apenas callabas o me hablabas de otras cosas y como siempre me quedaba limpiando del aire la palabra te quiero por si de pronto se borrara, por si de pronto no lo tuviera y no volviera decírtelo. Pero ya ves, aún sigo buscando como decirte te quiero, sin que huyas, o me cuestiones, o te rías. Por eso te dejo esta nota en el lugar en que duermes, por si de pronto, por si pasara algo.

Soledades

Hay un oleaje manso, suave, sereno, ecuánime. A veces la brisa trae oleajes de otros mares, otros continentes o de fantasmas de voces, de marineros que nunca llegarán a puerto. Hay un oleaje que dibuja soledades con su solo abandono, con su día desolado, dejando que los infortunios se marchen en arena y espuma. Hay un naufragio de manos. Que siempre quisieron volver a manos de hijo, de madre, esposa, amante.

Sin encontrarte

Quizá ésta noche no lo logre, quizá en esta hora no te encuentre en donde acostumbrabas a venir a tomarte tu café negro con un poco de vainilla, mientras leías a algún libro de bolsillo. Quizá ya no tengo la certeza de que en cualquier momento ibas a cruzar la calle y de ese modo nuestros rostros se encontraran, así no más. Fue hace tanto que ya no vienes, fue hace tanto que tus llamadas no tengo o una carta traída por un joven. Quizá, no lo sé ya vengas a otra hora, otro día, en otro instante. Que mas da, me sigo distrayendo de las palomas que van y vienen, palomas en que mis ojos se anclan allí… y me veo irme… me veo irme.

Te extraño

Tu vida diluida en tus manos, tu vida de mil encantos y de mil colores, tu vida que siempre la agitabas, que siempre le bailabas. Para que por lo menos valiera la pena cada despertar, cada andar, cada hablar. A tu vida siempre le dedicaste un color, una figura, una sonrisa. Que bueno era verte todos los días, ver tus ojos que pronosticaban que nada estaba perdido, que aún había algo porque soñar, que aún había magia en cada hacer y decir. Que bueno era tenerte en mis brazos vida mía…

Encaminarse

Encaminarse a algo incierto, a algo que no tiene razón alguna... Divagar por las calles sin darse cuenta de que se toma otra senda, no prevenirse de lo ocurrido simplemente seguir avanzando en las palmas de la oscuridad, hacerse con cada paso noche e irse así no más entre una acera y otra para con ello no buscar nada, no hacer nada. Dejando de lado la mala sangre por episodios del pasado, de hace unos instantes, en que ves a tu amante con otro, en que ves una boca en otra, y la mano en donde estuvo la mía, hace tiempo. Aunque aquí no hay culpables, aunque está mal que me duela, no es fácil ver en esos ojos, de que ya no estoy en ellos, sino otro. Es ese hecho. De que ya no nos pertenecemos, no nos sabemos, no nos sentimos. Aquí no hay que luchar por un amor, una cama, un beso, una voz. hay otros amores por los cuales si vale la pena, luchar por ellos, hasta la más mínima consecuencia, hasta que no quede nada en el paladar y en las manos, porque a la hora de la lucha, se pelea con todo.

Más allá

Al final solamente se trata de esto, el irse sin detención alguna por una extensa carretera que aún no se sabe a dónde llegará, cómo será allá. Al final es sólo esto viajar surcando el aire, los árboles, la oscuridad, la lluvia, el amanecer difuminado entre las nubes y una que otra Alondra pasando aquí y allá. Siempre se es viajante porque la vida merece riesgos, merece la ventura, merece que nuestros ojos conozcan otros parajes, otras realidades, otros sueños, otros rostros...Y así se va yendo uno por debajo de las lámparas por una carretera interminable...

Naufragio

Una tormenta lo arrasó todo, traía con ella una ola que nunca mis ojos terminarán por describir, por abarcarlo. Nunca volveremos hacer las misma desde que la misma noche hiciese perder todo cuanto teníamos e inclusive a una de nosotras. ¿Cómo hacernos la idea? Cómo llegar a casa y decirle a mamá a papá que ella se fue al fondo del mar entre corales y peces, nuestras cosas y el barco. Aún me pasan imágenes por los ojos cuando de a poco venía el invierno haciendo del cielo algo gris dejando caer su niebla por doquier, cada gota era helada como el mismo viento que me rozaba la cara. Antonella se había ido, estaba cansada y quería dormir yo me quedé un rato mas con mi otra hermana Emily. Pensamos que era un leve invierno así lo disfrutábamos como cuando de niñas lo hacíamos en el jardín adyacente de la casa. Pero no, cada vez se volvía airoso como si quisiera llevarse todo cuanto tocaba, como deseando que no estuviéramos allí en alta mar. Y de vez en vez nos agitaba los vestidos, el cabell

Escribir

Ese volver constante ante las inclemencia de los días y de las horas que se hacen tangibles entre una decisión y otra, hace que en ocasiones se pierda la permanencia del hacer en la escritura, a veces en tu piel cálida y serena, otras en el papel en que tantas ocasiones dejo por sentado lo que en mí corazón emana como el beso para cada mañana y una oración poética para tu rostro mi compañera de viaje. Pero otras veces la inspiración no llega a un granel de sensaciones, emociones y es cuando se pierde el camino trazado, evocado desde el tintero hasta caer la tinta en la piel, en el papel, para evocar un poco de amor y odio, un poco de desenfreno y control...Con esa constante del denunciar, promulgar lo que es cierto aquí y allá. Y aunque el escribir se me hace viable siempre, a veces me cuestiono hasta dónde irá, quién lo leerá si usted, ella, él, tú y otros. Nunca he buscado a mis lectores, ellos se hacen con el pasar de mí tinta por cada resquicio de la vida, de la piel y el papel. Qu