Letra Ensangrentada

Qué hará el amor si le quitáramos su noche de estrellas y velas, si lo dejáramos desprotegido como un niño en un parque, en una hora de intenso tsunami? ¿Qué hará el amor, si le quitáramos su lana para que no teja más, tanta ternura, tanto baile al son de una balada? ¿Qué se pondrá a hacer el amor, si lo vendamos y lo hacemos caminar en arenas movedizas o en una cuerda para que sea equilibrista? El amor lo hicimos a imagen de nuestras pieles áridas y con sabor a sexo, a la hora del desayuno, a la hora de la comida, a la hora de la cena. O cuando se ve una película comercial. Esto una película independiente, nuestro amor.

Cada mañana despierto y siento dentro de mí que algo falta, algo dejé en la madrugada; cada día se hace así y parece abollada de sentimientos inconclusos ¿será que habla de ti? Muero y sobrevivo por segundos interminables como un péndulo que viaja de recuerdo en recuerdo, y así vuelvo a la cama queriendo saber qué pierdo, pero no logro dar con nada ¿por qué es innombrable? Cada día hasta el último mis brazos se fatigan, mis ojos se vuelven altaneros por todo esto que se hace huérfano sin gloria y sin esperanza. Recorro una semana y otras que me hostigan porque no logro nada, de ese saber esto y lo otro, para por los menos descansar, pero esto, no avanza.

ENAMORADO TODAVÍA de tu poesía que siempre me ha traspasado, igual cuando eras la tarde de lluvia sol, igual a esa noche de memorias indescriptibles de sueños y líricas palabras atenuantes. Amada, mi buena compañera para caminar   de la mano por un campo de flores amarillas. Y éste complacido sentir es de un sosegado de encantos entre la melodía de este día y los siguientes. En mí hay un amor iluminado y nos bendice con la primavera de otro beso tras de otro. Amarte así, es llevarte en las alas de mí utopía. Amarme tú así, es saber que me voy en tus alas de sueños con un canto sostenido por un ángel azul guardador de nuestros corazones.  

Qué   tan cierto es el espacio dejado, el cual sé, volverás a llenar con tu estío. Si supiera que no vienes mañana, si no, hoy mismo. Si supiera por qué camino has de venir, sin importarme tus pasos inseguros pero con tu corazón maduro. Si supiera que tras las sombras tu mirada se ha de entrever   para mí, nacería la sonrisa con su ondulada brisa de amor. Si supieras que has de venir; entonces le daré ofrendas a la vida por ese hecho de saber de ti. Si supiera que es hoy,   me habitaré de un divino temblor.

Y tú te vas con el primer impulso de tu corazón en la idea invernal. Te fuiste con tu emoción ligera llevada por tus manos de lívida experiencia. Elegiste un día entre todos, un día en que mi corazón no advertía que te marcharías. Así te fuiste, quizá llevándote la alegría de mis ojos que te ofrecí cada mañana, te llevaste   cuánta semilla de amor obsequiada en cada atardecer para tu manso corazón. Y tú te vas así no más con tu velero llamado silencio y un prendedor de recuerdos. Y lo nuestro no tuvo edad, lo nuestro es un amor que aunque se ha dicho adiós aun permanecemos en la memoria de nuestros amores.