Oda aquel tiempo
Aquel tiempo bastante lejano,
es cóncavo de factura grisácea.
Nunca se hallará en ese lugar
algún intacto corazón.
Jamás estuvo allá,
como para creer lo contrario.
Pero cómo no pensarlo y deducirlo,
si se estuvo allí,
si se notó que algo hubo allí.
Ahora años luz de ahí,
todo lo que permaneció
en ese lugar sólo fueron
cortinas de humo,
un discurrir disoluto
que daba por entendido
espejismos de amor,
de una ternura,
de inclusive una caricia.
Se estuvo engañado
hasta la médula de la razón
y el sentimiento.
Ahora años luz de ese momento,
lo que queda de todo
esto es un fondo nocturno
de pájaros callados.
© D. Valencia Tobón. Reservado todos los derechos de autor
es cóncavo de factura grisácea.
Nunca se hallará en ese lugar
algún intacto corazón.
Jamás estuvo allá,
como para creer lo contrario.
Pero cómo no pensarlo y deducirlo,
si se estuvo allí,
si se notó que algo hubo allí.
Ahora años luz de ahí,
todo lo que permaneció
en ese lugar sólo fueron
cortinas de humo,
un discurrir disoluto
que daba por entendido
espejismos de amor,
de una ternura,
de inclusive una caricia.
Se estuvo engañado
hasta la médula de la razón
y el sentimiento.
Ahora años luz de ese momento,
lo que queda de todo
esto es un fondo nocturno
de pájaros callados.
© D. Valencia Tobón. Reservado todos los derechos de autor
Comentarios
Publicar un comentario