Joven espíritu.
A Gustavo Andrés Cardona Blandón (1996)
No importa y qué más da,
que mas da los porros están listos,
el camino a transitar ya está previsto,
me voy trayendo a mis amigos,
amigos perdidos, extraviados,
en cualquier sitio
y que mas da no me importa
si es de día o si es de noche,
que va, andar en cualquier sitio.
Así fuese a uno, ese camino
un desconocido o uno aprendido.
Es divertido correr riesgos:
atravesando autos,
besar a transeúntes
y robar unos panecillos.
Esto huele a mí y a ti,
adolescente de mí y de ti.
Huele a espíritu desenfrenado
con unos cuantos tragos
en la cabeza y en la boca,
mezcla rara entre una risa
y una lágrima.
Y nos reímos y que más da
seguir aquí o allá.
Nos vamos saludando con las manos,
con los puños, con las bocas, allí:
un hola, aquí un ¿qué más? …
Así nos vamos de un mandarse a mudar
la razón para la razón de estulticia.
Es lo mejor que hacemos y nos sentimos
afortunados andando con una media botella
de vino y unos cuantos cigarrillos
para así encontrar y enloquecer corazones
de féminas que van y vienen de aquí para allá.
Y nos encontramos: ella y yo,
él y ella, ellos y ellas.
Qué más da, nos da igual volar o caminar,
carcajear o llorar, beber o fornicar.
Vamos y nos vamos entregando atravesando
la ciudad de rivera a rivera, de calle a calle.
Entre nosotros todo es menos peligroso
y que mas da no me importa.
Aquí estamos, entretengámonos.
No importa y qué más da,
que mas da los porros están listos,
el camino a transitar ya está previsto,
me voy trayendo a mis amigos,
amigos perdidos, extraviados,
en cualquier sitio
y que mas da no me importa
si es de día o si es de noche,
que va, andar en cualquier sitio.
Así fuese a uno, ese camino
un desconocido o uno aprendido.
Es divertido correr riesgos:
atravesando autos,
besar a transeúntes
y robar unos panecillos.
Esto huele a mí y a ti,
adolescente de mí y de ti.
Huele a espíritu desenfrenado
con unos cuantos tragos
en la cabeza y en la boca,
mezcla rara entre una risa
y una lágrima.
Y nos reímos y que más da
seguir aquí o allá.
Nos vamos saludando con las manos,
con los puños, con las bocas, allí:
un hola, aquí un ¿qué más? …
Así nos vamos de un mandarse a mudar
la razón para la razón de estulticia.
Es lo mejor que hacemos y nos sentimos
afortunados andando con una media botella
de vino y unos cuantos cigarrillos
para así encontrar y enloquecer corazones
de féminas que van y vienen de aquí para allá.
Y nos encontramos: ella y yo,
él y ella, ellos y ellas.
Qué más da, nos da igual volar o caminar,
carcajear o llorar, beber o fornicar.
Vamos y nos vamos entregando atravesando
la ciudad de rivera a rivera, de calle a calle.
Entre nosotros todo es menos peligroso
y que mas da no me importa.
Aquí estamos, entretengámonos.
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